“Motivos de austeridad”, han alegado PP y PSOE para negarse a aprobar la reforma de la Ley Electoral que incluso había sugerido el Consejo de Estado. Además, han contado con el apoyo de los nacionalistas de derechas, de PNV y CiU, para mantener vigente una ley canalla y antidemocrática que hace que unos votos valgan diez veces menos que otros. Se proponía, por ejemplo, aumentar el número de diputados para eliminar los mínimos por provincia para lograr escaño, para perfeccionar la ley d´Hont o para fijar un fondo estatal de restos. No ha habido manera. PP y PSOE se juegan mucho, ni más ni menos que perder el sobredimensionado protagonismo social, mediático e institucional que merecen, y que realmente representan.
Estoy seguro que hay decenas de miles, centenares de miles o incluso millones de votantes, que si tuvieran conocimiento de éste “pucherazo a la española”, de lo que realmente supone la actual Ley Electoral, se indignarían y se les caería la cara de vergüenza de sostener con sus votos un estado de cosas que muy poco se parece a una democracia real y que queda a años luz de lo que debería ser una democracia plena. Gusta mucho a los “capos” de los partidos políticos del régimen dar lecciones de democracia más allá de nuestras fronteras, pero no parecen darse cuenta que la viga en el ojo propio.
Sinceramente, siento vergüenza, pero también siento asco, indignación y tristeza. Y me parece inconcebible que los miserables que intentan mantener el estado de excepción democrática en nuestro país no reciban la respuesta que merecen por parte de la ciudadanía, que es despreciada y tratada como autentica basura cada cuatro años, y centenares, incluso millones de sus votos son tirados por al retrete electoral instalado en nuestro país desde hace décadas.
Ni PP ni PSOE creen en la democracia, y tampoco esos nacionalistas que ven en una posible reforma de la Ley Electoral una pérdida de posiciones ante otras organizaciones que les superan en muchas veces en apoyo popular. A PP y PSOE les importa una mierda la democracia si no está bien controlada por ellos, pero la misma mierda les importa los derechos humanos, por mucho que de ellos hagan gala detrás de cada alfombra roja.
Es posible que aún consigan mantener domesticadas a millones de personas, y que sigan pensando que la mayoría de los ciudadanos y ciudadanas son gilipollas. Si no lo creyeran no actuarían así. Pero no deberían olvidar que el primer paso de la rebelión es la indignación. Y cada vez somos mas los indignados.
Estoy seguro que hay decenas de miles, centenares de miles o incluso millones de votantes, que si tuvieran conocimiento de éste “pucherazo a la española”, de lo que realmente supone la actual Ley Electoral, se indignarían y se les caería la cara de vergüenza de sostener con sus votos un estado de cosas que muy poco se parece a una democracia real y que queda a años luz de lo que debería ser una democracia plena. Gusta mucho a los “capos” de los partidos políticos del régimen dar lecciones de democracia más allá de nuestras fronteras, pero no parecen darse cuenta que la viga en el ojo propio.
Sinceramente, siento vergüenza, pero también siento asco, indignación y tristeza. Y me parece inconcebible que los miserables que intentan mantener el estado de excepción democrática en nuestro país no reciban la respuesta que merecen por parte de la ciudadanía, que es despreciada y tratada como autentica basura cada cuatro años, y centenares, incluso millones de sus votos son tirados por al retrete electoral instalado en nuestro país desde hace décadas.
Ni PP ni PSOE creen en la democracia, y tampoco esos nacionalistas que ven en una posible reforma de la Ley Electoral una pérdida de posiciones ante otras organizaciones que les superan en muchas veces en apoyo popular. A PP y PSOE les importa una mierda la democracia si no está bien controlada por ellos, pero la misma mierda les importa los derechos humanos, por mucho que de ellos hagan gala detrás de cada alfombra roja.
Es posible que aún consigan mantener domesticadas a millones de personas, y que sigan pensando que la mayoría de los ciudadanos y ciudadanas son gilipollas. Si no lo creyeran no actuarían así. Pero no deberían olvidar que el primer paso de la rebelión es la indignación. Y cada vez somos mas los indignados.
Publicado por J.Parra el 18 de marzo para la republica.es
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